Los orígenes del traje típico campechano se remontan a la época de los recintos amurallados, cuando las “Señoras de la casa regalaban a su servidumbre un ajuar completo de características similares siempre, éstos para lucir en las festividades más importantes del estado, la de San Román, Carnaval, La Purísima Concepción y la de San Juan.
El conjunto se divide en blusa y falda, la primera conserva en aspecto las mismas características del traje yucateco; consta también de bordados en la parte del cuello, la diferencia es que únicamente se utiliza el color negro, el estilo es el mismo, punto de cruz; esta decoración se realiza a mano, se acomoda en forma cuadrada alrededor del cuello y mangas. En la parte media, al frente, lleva plasmado el escudo de Campeche.
La parte de abajo, la falda, es larga hasta los tobillos, con un olán al final obtiene un toque muy estético. Se dice que la mujer campechana es muy cuidadosa y limpia, se usa también una enagua, menos larga que la falda.
Para complementar el atuendo, usa también un rebozo, aunque anteriormente era una pañoleta, sin embargo han sabido darle mejor uso al actual. Los zapatos se elaboran en charol negro, adornados con figuras en hilera blanca, rematadas en tacón, que al bailar generan un sonido muy marcado de zapateo.
El cabello lleva una peineta con aplicaciones en oro, piedras o monedas antiguas; además llevan una larga cadena que incluye también algunas monedas antiguas y finalizan con un elemento de oro. El peinado es una trenza acompañada de un colorido moño.
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